Madonna sorprendió al mundo con bailarines desnudos, cerveza, un beso y Anitta
En una noche memorable en la playa de Copacabana, Río de Janeiro, Brasil, Madonna, la icónica cantante estadounidense, transformó el arenal en una colosal pista de baile para el disfrute de alrededor de 1,5 millones de personas. Fue un evento sin precedentes en el que la reina del pop deslumbró a sus seguidores con un espectáculo que abarcó sus mayores éxitos de los últimos 40 años.
Desde el imponente escenario de 812 metros cuadrados, Madonna cautivó al público con su energía inagotable, recorriendo tres pasarelas para acercarse a sus admiradores y compartir con ellos momentos únicos. La temperatura tropical de 30 grados Celsius no detuvo la euforia de la multitud, que la aclamó con vítores y aplausos, acompañados por coloridos abanicos decorados con los tonos del arcoíris.
En un gesto de admiración hacia Brasil, Madonna lució un traje adornado con los vibrantes colores de la bandera brasileña, expresando su amor por el país y su gente. Además, sorprendió a todos al unirse en el escenario con la talentosa cantante y drag queen Pabllo Vittar, en un momento que quedará grabado en la memoria de los presentes.
El concierto no solo fue un homenaje a la trayectoria de Madonna, sino también a figuras emblemáticas como Prince, Michael Jackson y personalidades brasileñas como el educador Paulo Freire, la futbolista Marta, la concejala Marielle Franco y el líder indígena Raoni, entre otros.
Para cerrar con broche de oro, Madonna recreó su icónico beso con Britney Spears, esta vez con una de sus bailarinas, en un gesto que simbolizó el fin de su gira de celebración por sus 40 años de carrera, la “Celebration Tour”.
La noche en Copacabana quedará marcada en la historia como un hito en la carrera de Madonna y como un momento inolvidable para todos los que tuvieron el privilegio de presenciar este espectáculo único en su clase.