Céline Dion ha dejado al mundo boquiabierto con su reciente aparición en la inauguración de los Juegos Olímpicos de París, a pesar de su prolongada ausencia de los escenarios debido a una enfermedad. La cantante canadiense, que no había ofrecido una actuación en más de cuatro años, volvió a deslumbrar al público con una interpretación emotiva del célebre “Himno al amor” de Edith Piaf, desde el primer piso de la Torre Eiffel, justo después de que se encendiera el pebetero olímpico.

Este regreso inesperado se produce en un contexto especialmente conmovedor, ya que Dion ha estado alejada de los escenarios desde 2020 debido al Síndrome de la Persona Rígida (SPR), una enfermedad que causa rigidez muscular y dolor. Su aparición en el evento parisino ha sido particularmente sorprendente después de las imágenes impactantes del reciente documental “Je suis: Celine Dion”, en el que se la muestra enfrentando espasmos y dolor.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, no pudo contener su emoción y expresó en la red social X su admiración por la valentía de Dion. “Céline ha superado muchos desafíos para estar aquí esta noche. Céline, es maravilloso verte cantar de nuevo”, escribió Trudeau.

Dion, de 56 años, tiene un vínculo especial con Francia, país en el que su carrera alcanzó gran auge con el álbum “D’eux” en 1995, escrito por el compositor Jean-Jacques Goldman. La conexión con el público francés se consolidó aún más en 1997, cuando la canción “My Heart Will Go On”, parte de la banda sonora de la película “Titanic” de James Cameron, capturó los corazones de millones en todo el mundo.

La emotiva actuación de Céline Dion en la inauguración de los Juegos Olímpicos de París no solo ha sido un regreso triunfal para la cantante, sino también una fuente de inspiración para muchos, demostrando su inquebrantable pasión por la música y su fortaleza personal.

Escrito por:
Alejandro Muñoz